20/8/11

Hay Amores y Amores...


Dicen las novelas que sólo tenemos un amor de nuestra vida, creo que muchos sabemos que esto no es verdad.
Hay amores que pasan sin pena ni gloria, nos acompañan un momento en el camino, pero sólo representan una transición.
Esta el primer amor, que nos enseña a sentir, a creer, a esperar.
Los malos amores, que nos rompen el corazón y nos dejan por un lapso de tiempo, corto o largo imposibilitados para amar, que incluso nos hacen creer que es mejor estar solos.
Pero hay otros grandes, increibles que se apoderan de nuestra vida y dejan una marca invisible, que sin importar distancias ni tiempo, permanecen en nosotros. Y aunque no construyamos una historia, abren una brecha para volver a la búsqueda y entregarnos completamente una vez más.

A uno de esos amores se lo dedico, y plagiándome al grupo Camila le pongo esta introducción......

DE TI

De ti me quedo esa mirada, buscándome entre la gente al llegar al mismo sitio.
Me quedo tu perfume, que señala mi camino en cada paso que doy.
De ti me quedaron las ganas, de darte todos los besos que me han enseñado otros amantes, los que he construído yo misma y los que imagino experimentar.
De ti me quedo esa risa nerviosa, cada vez que me acercaba y te faltaban palabras que pronunciar.
De ti me quedo el coraje, cuando quebrabas todas las normas para mostrarme un mundo que yo desconocía.
Me quedaron mil palabras, que el tiempo y las circunstancias no me permitieron decirte.
De ti me quedo ese temblor en tu piel que me mataba, cuando recorría tu cuerpo. Ese cuerpo tan deseado, tan esperado, tan anhelado que terminaba siempre por perder.
Me quedo esa mueca, que sólo a mi iba dedicada.
De ti me quedo el disfrutar de la lluvía, del viento, de la aventura.
Me quedo tu aliento respirándome al oido todo lo que sentías y que el resto del mundo ignoraba.
Me quedo el espacio de tu abrazo, como un molde fundido en barro que se diseña exclusivamente para algo en partícular.
De ti me quedaron tus manos tatuadas en mi espalda.
Esas manos guerreras, luchadoras, arbitrarias.
Que no pedían permiso pero de todo se adueñaban.
De ti me quedaron las lagrimas cuando descubrí que te marchabas, y sabía que esta vez era para no regresar.
Me quedo ese lunar oculto, inaccesible.
Que al contacto de mis dedos parecía como si hablara.
Me quedaron tus suspiros, tus sueños, tus plegarías.
Esas ganas inmensas de buscarte en todas partes.
De ti me quedo todo................
De ti no me quedo nada.

Hasta donde te encuentres.